sábado, 29 de enero de 2011

Historia de Ô


Título: Historia de Ô
Autor: Pauline Réage
Título original: Histoire d´O
Editorial: Tusquets, 1987
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788472233379
Páginas: 216





Título: Retorno a Roissy
Autor: Pauline Réage
Título original: Retour a Roissy
Editorial: Tusquets, 1989
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788472233546
Páginas: 104




Aquí traigo uno de los referentes literarios más importantes en el tema del sadomasoquismo.
Nadie que haya leído esta novela (o ambas, ya que una es la inmediata continuación de la otra) ha permanecido indiferente tras su lectura... ni durante la misma.
En este caso voy a hablar de ambas novelas a la vez, ya que “Retorno…”  es, como la propia autora dice “las páginas que siguen”.

Si de algún modo puede explicarse de dónde salió la idea para escribir esta Historia, las inspiraciones de su autora, no hay más que irse al prólogo de su secuela, donde podremos leer lo siguiente: “Cierto día, una muchacha enamorada dijo al hombre que amaba: yo también podría escribir una de esas historias que te gustan... ¿Tú crees?, respondió él.”

Historia de Ô se publica bajo el pseudónimo de Pauline Réage –un hombre- en 1954, en plena post-guerra con su carácter puritano, causando un auténtico escándalo entonces y siendo incluso la novela vetada en muchos países y prohibiéndose su venta a menores, además de su publicación hasta finales de los sesenta… ¡y sin embargo ha sido a su vez uno de los libros más traducidos y leídos de todos los tiempos!
Aún habiendo recibido miles de críticas por colectivos feministas, igualmente se le concedió el premio literario francés Les deux magots, teniendo también muchísimo éxito y convirtiéndose en un referente de la temática bondage.
Con Retorno a Roissy no tenemos un último capítulo, sino un paréntesis, un inesperado giro en la trama de la novela anterior.

Pero bueno, vamos a ir por partes, el tema es así:
Una mujer llamada Anne Desclos –la que todos conocemos como Dominique Audry, que no es más que otro pseudónimo-, lleva unos años siendo amante de un editor de Francia: Jean Paulhan, un hombre casado del cual es compañera de trabajo.
Un día, tras una conversación, él comentó que ella no sería capaz de escribir nada parecido a lo que había creado su amado Marqués de Sade (autor por el que Jean sentía gran admiración). Como si de un pique entre colegas se tratase, Anne le contestó como es debido, creando “Historia de Ô”.
Sin embargo no es hasta unos cuarenta años después, siendo Anne ya una mujer octogenaria, cuando salió todo a la luz tras una entrevista al The New Yorker que ella misma concedió. El shock que siguió a esta entrevista no fue porque los episodios sexuales o las fantasías de máscaras y látigos que ahí se contaban fueran escritos por una mujer, sino porque esa mujer era una persona sencilla, nada esperpéntica (eso sí, con una imaginación y un gusto para escribir tremendos).

La novela da comienzo con una joven parisina, fotógrafa de moda, llamada Ô (Odile) dentro de un coche, siendo conducida por su amante René hacia el castillo de Roissy, donde va a ser introducida en los rituales de la sumisión sexual (y a partir de aquí, que el lector se agarre, que vienen curvas). De golpe y porrazo se ve enclaustrada allí, donde se le despoja de la ropa interior y es vestida con corsés victorianos que dejan sus senos al aire, adornada con collar y esposas de cuero, marca de la casa.

La autora explica con una elegancia impresionante, pero siempre hablando de manera súper clara, cómo Ô sufre -y disfruta- diferentes vejaciones y torturas a lo largo de la novela. Allí no es más que una esclava, debe dejarse usar y abusar por todo el que quiera hacerlo, consienta ella o no.

La evolución de nuestra protagonista estrella, se aprecia bastante bien en la novela, pero no de la forma a la que solemos estar acostumbrados, me explico. La joven se va cosificando, siendo tratada como un mero Objeto, una especie de muñeca hinchable que debe gritar y demás; hasta el punto de ser regalada por su amante a Sir Stephen, el pez gordo, el ídolo masculino. Este distinguido señor hace que ella sea íntimamente perforada (esta parte es bestial) e incluso lleva sus iniciales marcadas a fuego allá donde la espalda tiene más que perdido el nombre… más allá todavía. Otra marca de la casa.

Pero aquí lo asombroso de la historia, no es que sea sometida a todo esto, sino que finalmente ella consiente, pues ello le da placer (mentes cerradas, absténganse, gracias). Aprende y lleva a cabo de manera escrupulosa las reglas de Roissy, dejándose utilizar y fustigar por los hombres que allí habitan.

Todo esto contado con una belleza brutal, pues aún con todas las escenas de sometimiento sexual que se narran –con una perfección pasmosa-, no hay ninguna palabra obscena o vulgar en ninguna de las dos partes de la historia. Al contrario, toda la trama es desgarradora, a mí se me pusieron los pelos de punta en más de una ocasión, y está escrita con una delicadeza e intensidad erótica tremendas. E incluso me atrevería a hablar de romanticismo, por parte de Ô... por supuesto, para entenderlo, leerlo.


Tras una imagen de Ô sublime y un magistral capítulo final donde se dan dos posibles desenlaces, la autora nos deja con los dientes largos; así pues, corremos en busca del Retorno.
Aquí se rompe el argumento por completo.

Dos años después de “Historia…”, tenemos una impactante continuación, donde se cambia absolutamente todo. La atmósfera ahora es mucho más violenta, se expone la degradación personal de manera tan clara que choca.
Nuestra Ô es abandonada por Sir Stephen en Roissy, que bajo su erótica apariencia, no es más que un burdel de lujo y el “príncipe de ojos grises” un proxeneta y cabronazo en toda regla.

Se nos explica con gran elegancia cómo la voluntad de ser esclava le hace disfrutar de tal forma, que le es imposible sentirse satisfecha sin verse anulada por su amante, pues ella sufre sin quejas, sometiéndose a su dueño.
Pero también se da la vuelta a la tortilla y es Ô quien fustiga, quien se convierte en ama y quién disfruta de su nuevo rol sádico.

Me resultó realmente interesante, aunque casi me gustaba más la ambientación de la primera parte; aquí es malsana e incómoda, con una protagonista dolida y despechada que toma las riendas en algún momento de la historia para dejarlas poco después.


Frase: Pero nada le ayudaba tanto como el silencio, excepto las cadenas. Las cadenas y el silencio, que hubieran debido atarla al fondo de sí misma, ahogarla, estrangularla, por el contrario la liberaban. Historia de Ô.


Y tras tooooda esta parrafada, finalizo con algunos datos curiosos sobre la obra.
Para empezar, Ô existió en cierto modo; fue novia de la autora en su juventud. También existió la sociedad Roissy.
No por todos es sabido que Lars Von Traer dirigía porno en sus comienzos, pues bien, por entonces realizó un corto llamado “Menthe. La bienhereuse” basado en este especial relato.
Por último, por supuesto, recomendar la peli.

Eso sí, en una historia donde su protagonista es despojada hasta de su nombre hasta quedar reducida en una simple letra, que nadie espere nada light.

miércoles, 26 de enero de 2011

La emperatriz de los etéreos


Título: La Emperatriz de los Etéreos
Autora: Laura García Gallego
Editorial: Alfaguara, 2007
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 270
ISBN: 9788420472706


Lo primero que llama nuestra atención: su portada de colores azules, blancos y llena de purpurina (una monada). Dentro de ella, una novela juvenil que transcurre en un entorno místico y ambientación puramente fantástica firmada por Laura Gallego García.

Ganadora del concurso Barco de Vapor y autora de varias novelas juveniles, entre ellas un par de trilogías de mucho éxito entre niños y no tan niños, esta valenciana nos escribe lo que puede tomarse como una metáfora sobre la anorexia, que por cierto se esfuerza en desmentir.

“Cuentan que, más allá de los Montes de Hielo, más allá de la Ciudad de Cristal, habita la Emperatriz en un deslumbrante palacio…”

Así empieza la novela, una epopeya fantástica donde se dejan de lado dragones, magos, hadas, unicornios, etc. para pasar a un mundo completamente atemporal dentro de una trama bastante simplona, pero efectiva, en la que los protagonistas –y en ello reside su atractivo- no son personajes convencionales.

La historia, que transcurre en un mundo helado, cuenta básicamente el viaje de Bipa, personaje principal que evoluciona claramente a lo largo de la novela, acompañada del entrañable Nevado, un muñeco de nieve que cobra vida gracias a una piedra mágica: el ópalo.
Bipa vive, junto con el resto de su pueblo, en el interior de las cuevas, donde están protegidos del frío y las amenazas del exterior (quizás pueda recordar vagamente a la metáfora de Platón, donde los prisioneros de la cueva no veían más allá de sombras proyectadas por el sol). La muchacha tiene que partir en busca de Aer, un joven que salió al exterior y del que nunca más se supo, tan sólo que fue en busca del palacio de la Emperatriz.

Durante este viaje, los personajes sufren un cambio somático, al cual me refería con la metáfora que mencioné antes. Para llegar al palacio, hay que ser etéreo, puro, conseguir el abandono del cuerpo físico, esa transparencia anhelada… y eso es a lo que Aer aspira mientras se va desvaneciendo según avanza en su camino. Pero no sabe que ese fin que busca, es el mismo que puede destruirle si consigue llegar a él.
Aunque Gallego lo niega, alegando que es pura coincidencia, son muchos los que consideran esta novela una crítica a la sociedad, la cual nos estereotipa a todos bajo el peso del canon físico.
En resumen, tenemos una obra de muy fácil lectura, donde logrados personajes y escenarios no dejan indiferente al lector.

miércoles, 19 de enero de 2011

Coraline

Título: Coraline
Autor: Neil Gaiman
Título original: Coraline
Editorial: Salamandra, 2003
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788478885794
Páginas: 155


Gaiman es uno de los escritores más originales que podemos encontrar en el panorama literario actual. ¿Qué no ha conseguido ya este hombre?
El Hugo, el Stocker, el Nebula, adaptaciones al cómic, al cine… bien puede darse por satisfecho, pues tiene una carrera bastante envidiable.

En este caso, nos muestra un libro de terror para niños, con un título nacido de una errata de teclado. Una historia de la que dice sentirse especialmente orgulloso. La historia de Coraline -de la que también hay que decir, se ha hecho una adaptación a la gran pantalla, en 2009, bastante aceptable; el stop motion de Henry Selick le va que ni pintado-.

Coraline es una niña que se aburre y distrae con diez de pipas y encima tiene que quedarse en verano encerrada en casa con sus padres, que no le hacen mucho caso, porque no para de llover.
Decide investigar la casa, cuenta las puertas, las ventanas, los pomos…todo; hasta que da con una puerta que da paso a un túnel cuyo final es el reflejo de su casa. Aquí se encuentran sus padres y vecinos, o mejor dicho, sus otros-padres y otros-vecinos, que se comportan de un modo más amable con ella, dándola mejor comida y prestándola mucha más atención.

La historia está contada en tercera persona, describiendo los actos y sentimientos de la niña sin contar exactamente lo que piensa. De modo que vamos acompañándola durante su recorrido en su otra-casa sin saber exactamente qué es lo que va a pasar a continuación. Todo ello acompañado de las geniales ilustraciones de Dave McKean, con su estética más bien tétrica, muy chulas.

En general es un libro bastante inglés. Sus personajes inquietantes y extraños, que no sabes por dónde te van a salir; su atmósfera oscura, opresiva, cubierta de niebla y frío; un gato escuálido que habla entre ronroneo y ronroneo en los descuidados jardines de una gran mansión laberíntica; la niña ignorada que se traslada al mundo perfecto pero distorsionado, donde la oscuridad convive con el caos. Y por supuesto, una bruja.

Con todo esto, Gaiman consigue un suspense y un ritmo que hace que no te despegues del libro, aún siendo adulto.

 

viernes, 14 de enero de 2011

Sangre y arena

Este poemilla lo escribí para "El reto", un juego que hacemos en un foro en el que participo.

Ya lo expliqué en otra entrada con relato, pero repito: se trata de escoger un tema, todos escribimos algo sobre ello, votamos y el ganador elige nuevo tema.
El elegido esta vez fue "Vampiros".






Quería apartarme de tí.
Juro y perjuro haberlo intentado.
Intentar contenerme, esperar,
mientras olía atormentado.
Ese olor peculiar,
que me ciega y no me deja ver.
Que me tiene obcecado.
Que hace aflorar mi sed.

Y tú tan dulce, tan bonita,
tan ignorante a la vez...
confundes con amor mi juego,
cuando yo necesito beber.

Respira. Muerde. Mastica. Mastica.
Mis dientes en tu cuello,
tu carne desgarrada
y, lamiendo tu pescuezo,
tu vida por finalizada.
Por tu parte, llantos.
Por la mía, hambre.
Coágulos dulzones
se deslizan en la carne.

Y quedas ahí, muerta,
yaciendo en la arena,
de bermejo pintada.
Rota. Mía. Tierna.

Sé que eras inocente.
Que incluso me querías...
Y yo quería de tí...
tu sangre dulce, vida mía.

domingo, 9 de enero de 2011

Ni muerta ni valorada

Título: Ni muerta ni valorada
Autor: Mary Janice Davidson
Título original: Undead and Unappreciated
Editorial: El Tercer Nombre, 2008
Encuadernación: Rústica
ISBN: 849669321X
Páginas: 224





Tercera entrega de las aventuras de Betsy Taylor, las llamadas Undead Series.

Para Betsy, ser la reina de los vampiros tiene más problemas que beneficios, salvo estar despierta para las rebajas de medianoche. Llevar a flote tu propio club nocturno puede estar muy bien, sin embargo sus empleados no le ponen más que obstáculos desde que se cargó a su anterior jefe.
Y ahora, además de descubrir que su madrastra está embarazada, se entera de que tiene una hermana perdida que es hija del Diablo y está destinada a gobernar el Infierno.
Por si fuera poco, Betsy decide, en contra de los consejos que se le dan, echarle un ojo al Libro de los Muertos (cosa más que peligrosa). Como era de esperar, tras leerlo de pe a pa, se vuelve loca, causando daño a todo el que ama.

Continúan por lo tanto las situaciones surrealistas y delirantes, aunque estas últimas un poquito más forzadas, pero asimismo bien resueltas. Gracias en parte a su consorte, tan leal y ardiente como siempre, que continúa salvándole el pellejo.

Se mantiene el ritmo ágil, como en las anteriores entregas, con algo más de ternura en este caso, siendo la narración bastante divertida, pero sin llegar ni por asomo a lo que fue la primera parte de la saga.
Si te gustaron las dos anteriores, no dudes hincarle el diente y pasar un par de tardes entretenidas.

martes, 4 de enero de 2011

Charlie y la fábrica de chocolate

Título: Charlie y la fábrica de chocolate
Autor: Roald Dahl
Título original: Charlie and the chocolate factory
Editorial: Alfaguara, 2002
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788420464503
Páginas: 172


¿Qué pasaría si encontraras un billete dorado en una tableta del más delicioso chocolate?
Significaría que eres uno de los elegidos para visitar la Fábrica de chocolate, el hogar de Willy Wonka, un hombre excéntrico y solitario que adora este manjar… de hecho es el que mejor lo elabora. Chocolate de todo tipo y otras maravillas culinarias como el chicle que nunca pierde sabor o el helado que no se derrite.

Serías tan afortunado de asistir a una visita guiada por el mundo onírico de Wonka, con él mismo ejerciendo de anfitrión, adentrándote en las diferentes partes de la fábrica. El túnel de chocolate, el recinto de chocolate, el cuarto de las nueces, la sección de exprimidos, el río de chocolate, la montaña de turrón…
También conocerías a alguien que te diría cantando cómo has de ser un niño amable y educado sin ningún tipo de vicios: sus trabajadores, los Loompas. ¡E incluso comerías exquisito chocolate gratis!

Pero no estarías solo… irías en un pequeño grupo, formado por niños malcriados acompañados cada uno de un familiar. Un niño gordo que no deja de comer, una niña cuya meta es mascar chicle sin parar, el crío que se pasa horas pegado a la tele o la mocosa con padres adinerados a la que miman y consienten hasta el extremo. En este grupo también estaría Charlie. Y su adorable abuelo. Humildes y pobres como las ratas, pero sin embargo afortunados y agradecidos de participar en la excursión.

Tu vida cambiaría de forma radical… dejarías de vivir con tus cuatro abuelos compartiendo la misma cama, tus padres podrían comer algo contundente y no habitaríais una casa enana con agujeros en el techo.

Y todo esto gracias a Roald Dahl.



*Decir que tiene una continuación, titulada “Charlie y el gran ascensor de cristal”, bastante curiosa.
¡¡Y aprovecho para recomendar la peli “Un mundo de fantasía”, de Mel Stuart!!

domingo, 2 de enero de 2011

Los santos inocentes

Título: Los santos inocentes
Autor: Miguel Delibes
Editorial: Booket, 2005
Encuadernacióm: Tapa blanda
ISBN: 9788484325659
Páginas: 240


Qué grande es Delibes. Su característica prosa y la amplitud de la temática utilizada en sus obras, le hacen uno de los maestros de la literatura nacional. Este hombre fue nada menos que merecedor del Premio Cervantes, entre otros de los principales galardones literarios.

En este caso, la historia es de trama muy básica, pero no pierde el buen lenguaje. Se divide en seis partes cronológicas, cada una con su personaje principal. Diálogos directos, en los que también se expresa la jerarquía social y a los que no precede ningún guión, que se entienden a la perfección, pues son bastante simples.
Es un relato sobre la vida rural en la España de la postguerra, donde se nos muestra la convivencia entre clases sociales, la explotación del hombre por el hombre, personajes sometidos y humillados durante generaciones. Encabezando a los de clase más alta, está el señorito Iván, el patrón e insoportable triunfador en la caza, ruin y egoísta. Por el otro bando, está Paco el bajo, el guarda del Cortijo; la Régula, su mujer, destinada a la servidumbre y cuyo hermano, el Azarías, retrasado mental que comparte cierta ternura con una de las hijas de ella, Charito (la “niña chica”), se pasea por el libro con su milana al hombro.
Se trata el día a día en la vida de todos ellos, que subsisten en el mismo espacio, enganchando al lector sin ser una trama especialmente enrevesada.

Diría que el mejor momento es el giro final, un drama devastador y por completo inesperado, que en parte nos sorprende y en parte nos da cierta satisfacción (que, he de decir, no debería darnos…quien lo haya leído sabrá por qué).

Comentar y recomendar también, su adaptación cinematográfica homónima, protagonizada por el actor Juan Diego.

Por último, ya sólo queda repetir la frase del libro, la que con tanto cariño repite una y otra vez el Azarías. ¡Milana bonita!

Cumbres borrascosas

Título: Cumbres borrascosas
Autor: Emily Brontë
Título original: Wuthering Heights
Editorial: Alianza Editorial, 2006
Encuadernación: 432
ISBN: 9788420676333
Páginas: 397



Publicada en 1847 bajo el pseudónimo de Ellis Bell, se dice que Cumbres Borrascosas es la historia de amor más hermosa y trágica de toda la literatura. Personalmente, creo que este es uno de los mejores libros que he leído.

Inquietante novela de venganzas, que transcurre en un ambiente puramente inglés, con todas sus características. Una casa enorme habitada por extravagantes y oscuros personajes, en un paisaje lúgubre poblado de niebla e incluso un fantasma incluido.

Se cuenta una historia de amor-odio (a mí me gusta llamarla de amor enfermizo, ya que tira más a la aversión que a otro sentimiento). Cada personaje se perfila a la perfección en una narración cuajada de mórbidos adjetivos, donde las pasiones de los protagonistas son turbadoras y destructoras como pocas.

En dos propiedades en las que habitan varias generaciones, y donde la vida de las familias se va entrelazando con el paso de los años, se sitúa una de las parejas más carismáticas y con más carácter de la literatura clásica: Catherine Earnshaw, una mujer caprichosa a la que vemos crecer a lo largo de la novela, mimada e impertinente, cuya descendencia es prácticamente igual a ella. Y Heathcliff, un cabronazo en toda regla (que aún no me lo explico, pero me encanta como personaje); un niño asalvajado, sin orígenes concretos, que recogen en la calle y acaba convirtiéndose en el señor de la casa. Profundamente enamorado de Catherine, no duda en hacerle la vida imposible al no verse correspondido como a él le gustaría.
Ambos son tan extremadamente egocéntricos que llegan a pisotear a cualquier persona con tal de conseguir lo que quieren o desean, que no es otra cosa que el amor del otro. Mientras ella lo mata de celos, machacándole a su manera -se casa con el joven Edward Linton, guapo y rico, el cual le dará una vida acomodada y resuelta-, él descarga toda su frustración y amargura en la siguiente prole a modo de venganza.
Toda esta inquina no puede desembocar más que en la autodestrucción.

La crónica es contada por la sirvienta Nelly, que crió a Cathy en su día y por lo tanto es testigo de prácticamente todo lo ocurrido en la mansión. El interlocutor, Lockwood, es un nuevo inquilino de la propiedad más cercana a la tosca y rústica Cumbres Borrascosas: la Granja de los Tordos –por el contrario, paraje sereno y bello-, de la cual un ya adulto Heathcliff es propietario. Estos dos son los únicos personajes “normales”, parciales, que sirven de hilo conductor en el libro (aunque aún así, Lockwood tiene su puntito extraño, como el resto, pues se dice enamorado de Catherine después de ser conocedor de su historia por boca de Nelly).

Lectura en la que nos involucramos con pasmosa facilidad, que engancha pese a su trama algo enrevesada y odiosos personajes; de hecho me llama la atención que sea un libro tan reconocido cuando no hay apenas un sujeto salvable por su bondad o buen hacer… absolutamente todos están trastornados y poseen un carácter detestable.
Considero un tanto decepcionante su final de novela rosa, resuelto en pocas páginas de forma algo apresurada y dando un giro que me pareció fuera de lugar, ya que se sale del sentimiento turbador que baña la historia.

Aún con ello, recomiendo este clasicazo con mayúsculas. Un gran libro.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Mejores LecturaS


Mejores LecturaS

-2008
El cuento número trece, de Dianne Setterfield
Un trabajo muy sucio, de Christopher Moore
Luz de gas, de Patrick Hamilton
En las montañas de la locura, de H.P.Lovecraft
La emperatriz de los etéreos, de Laura Gallego García
El maravilloso Mago de Oz, de Lyman Frank Baum
Historia de O, de Pauline Reáge

-2009
Maestro cantor, de Orson Scott Card
Mendel el de los libros, de Stefan Zweig
Los tejedores de cabellos, de Andreas Eschbach
1984, de George Orwell
Chicas muertas, de Richard Calder
Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll
Buenos días, tristeza, de Françoise Sagan
La fase del rubí, de Pilar Pedraza
El color de la magia, de Terry Pratchett 
Ubik, de Philip K. Dick
Déjame entrar, de John Ajvide Lindqvist
Cumbres borrascosas, de Emily Brontë
Isla de sirenas, de Norberto Luis Romero
La princesa prometida, de William Goldman

-2010
Momo, de Michael Ende
La carretera, de Cormac McCarthy
La perra de Alejandría, de Pilar Pedraza
Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand
Un coro de niños enfermos, de Tom Piccirilli
Cuentos en verso para niños perversos, de Roald Dahl
Los puentes de Madison County, de Robert James Waller
El espectáculo del vampiro, de Richard Laymon
Las alegres aventuras de Robin Hood, de Howard Pyle
Los dientes de los ángeles, de Jonathan Carroll
Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena
Los santos inocentes, de Miguel Delibes
Brujerías, de Terry Pratchett
La nieta del Señor Linh, de Philippe Claudel
El nombre del viento, de Patrick Rothfuss

-2011
Los Juegos del Hambre, de Suzanne Collins
Celda 211, de Francisco Pérez Gandul
Tarántula, de Thierry Jonquet
Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza
El cebo, de José Carlos Somoza
La princesa y el caballo de las crines de oro, de Alan Garner
Agua para elefantes, de Sara Gruen
Ácido sulfúrico, de Amélie Nothomb
84, Chasing Cross Road, de Helene Hanff

-2012
Habitaciones cerradas, de Care Santos
Almas grises, de Philippe Claudel
El sueño de una noche de verano, de W. Shakespeare
Signos de descomposición, de Norberto Luis Romero
El caso de Charles Dexter Ward , de H.P. Lovecraft
Entre tonos de gris, de Ruta Sepetys
HHhH, de Laurent Binet
En el país de la nube blanca, de Sarah Lark
La dama de las camelias, de Alejandro Dumas (hijo)
Bosque Mitago, de Robert Holdstock
Cuando todo cambió, de Donna Milner
Lucifer Circus, de Pilar Pedraza
La voz dormida, de Dulce Chacón

-2013
La chica de al lado, de Jack Ketchum
El juego de Ender, de Orson Scott Card
¡Guardas! ¿Guardias? (MD 8), de Terry Pratchett
El hobbit, de J.R.R. Tolkien
El club de la lucha, de Chuck Palahniuk
Yo mataré monstruos por ti, de Santi Balmes
Brujas de viaje (MD 12), de Terry Pratchett
Battle Royale, de Koushun Takami
Orgullo y prejuicio, de Jane Austen
Imágenes en acción (MD 10), de Terry Pratchett
Algún amor que no mate, de Dulce Chacón
La araña negra, de Jeremías Gotthelf

-2014
La orilla del mar, de Véronique Olmi
Hombres de armas (MD15), de Terry Pratchett
Las flores de la guerra, de Geling Yan
Cartas de amor de la monja portuguesa, de Mariana de Alcofrado
Los cuclillos de Midwich, de John Wyndham
Rebelión en la granja, de George Orwell
Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom
Luces de Bohemia, de Ramón del Valle Inclán
Bodas de sangre, de Federico García Lorca
El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde
El crisol, de Arthur Miller
Quema de brujas en Logroño, de Leandro Fernández de Moratín
El corredor del laberinto, de James Dashner
Bajo la misma estrella, de John Green
Don Juan Tenorio, de José Zorrilla
El lejano país de los estanques, de Lorenzo Silva

-2015
Misery, de Stephen King
Los dioses mienten, de Kaori Ozaki
Al acecho, de Jack Ketchum
Harry Potter y la piedra filosofal, de J. K. Rowling
Harry Potter y la cámara secreta, de J.K.Rowling
Harry Potter y el prisionero de Azkaban, de J.K.Rowling
El alquimista impaciente, de Lorenzo Silva
Las babosas, de Shaun Hutson
Háblame musa, de aquel varón, de Dulce Chacón
Ready Player One, de Ernest Cline
Harry Potter y el cáliz de fuego, de J.K.Rowling
Memorias de Papá Mumin, de Tove Jansson

-2016
El pájaro, de Oh Jung-Hi
La niebla, de Stephen King
Castillos de cartón, de Almudena Grandes
Todas las hadas del reino, de Laura Gallego García
Carrie, de Stephen King
The Ancient Magus Bride 1, de Koré Yamazaki
Nuestra pequeña historia, de Misono Sawa
Yerma, de Federico García Lorca
Caperucita al desnudo, de Catherine Orestein
Harry Potter y la orden del fénix, de J.K.Rowling
Lo siento, Leonard Peacock, de Matthew Quick

-2017
V de Vendetta, de Alan Moore
Martina, la rosa número trece, de Ángeles López
Las marismas (Erlendur 3), de Arnaldur Indridason
Harry Potter y el misterio del príncipe (HP 6), de J. K. Rowling

-2018
Harry Potter y las reliquias de la muerte (HP 7), de J. K. Rowling
Flores en el ático, de V. C. Andrews
Réquiem por un campesino español, de Ramón J. Sender
Voces de una estrella distante, de Makoto Shinkai
Nadie te encontrará, de Chevy Stevens
Innocent, de Sin’chi Sakamoto

-2019
Ethan Frome, de Edith Wharton
Nadie te encontrará, de Chevy Stevens
La solterona, de Edith Wharton
Al otro lado del río, de Jack Ketchum
La sal de la vida, de Anna Gavalda

-2020


martes, 21 de diciembre de 2010

Isla de sirenas

Título: Isla de sirenas
Autor: Norberto Luis Romero
Editorial: Valdemar, 2002
Encuadernación: Rústica
ISBN: 8477024103
Páginas: 304


Grandísimo escritor de culto, de minorías, que narra de manera exquisita y personal las más grotescas perversiones. Y pese a eso, deja muy buen sabor de boca.

“Isla de sirenas”, de la cual casi se puede decir que pertenece a la novela gótica, nos sumerge en una historia que mezcla fantasía y thriller de forma magistral, donde dos hermanos gemelos, Carnal y Serafín, conviven con sus abuelos: Anselmo, un anciano con demencia senil, y Adelina, que asiste a sesiones de espiritismo de vez en cuando. Una isla que ha servido de prisión y patíbulo a partes iguales.

Carnal investiga en su terrario las costumbres de insectos repugnantes, que se alimentan a base de cadáveres. A su vez, mantiene correspondencia con su tío, que emigró a Australia y del que nunca más se supo, salvo en carta; de esta manera va naciendo una extraña obsesión en su interior, la cual le lleva a cometer los crímenes más miserables.

Un mórbido triángulo amoroso e inexplicables muertes ocurridas en la isla van tejiendo esta historia.
Como suele ser habitual en sus novelas, es un extraño el que irrumpe en las vidas de los personajes, trastocando así todo. En este caso es Nerea, una joven que colecciona y estudia caracolas marinas, que quiebra la armonía se la casa y la estrecha y extraña relación de los gemelos.

Aún pareciendo estar todo en una atmósfera onírica, la novela se sitúa en los días en que Rusia lanza al espacio el Sputnik II, con la perrita Laika a bordo.

Ambiente claustrofóbico presente en cada página, donde el lector no puede dejar de leer para llegar al final y descubrir los truculentos secretos de la familia protagonista o el resto de habitantes, los cuales son en su mayoría parientes de un hombre cruel, un terrible antepasado: un verdugo.

Él mismo dice que “el arte es generar tensión y mantenerla de manera creciente a lo largo de toda la narración y hacer que estallen no en los personajes, sino en el alma o la conciencia del lector. Son los lectores los que deben padecer el drama, no los personajes, éstos son meros transmisores”. De manera que estructura los acontecimientos a lo largo de la historia, impidiendo apenas que cojamos aire.

Todo un placer leer a este señor.

martes, 14 de diciembre de 2010

Relato: Sonajero

Este relato lo escribí hace bastante, para un juego que hacemos unos cuantos en una página web de cine. Consiste en elegir un tema, cada uno escribir un relato y después puntuar. El que gana, escoge el siguiente tema  =)
El tema en este caso era "fantasmas"...


Alicia vivía en un quinto sin ascensor. Últimamente con el embarazo le costaba bastante más subir o bajar escaleras, estaba ya de siete meses y tenía un barrigón considerable y los tobillos hinchadísimos, pero tampoco disponía de dinero como para permitirse el lujo de cambiar de piso a estas alturas, así que no quedaba otra.
Ángel, su pareja, debía irse de viaje de negocios durante tres semanas, le había comentado a su madre el ir a cuidar a la joven algunos días, ya que estaba un poco delicada… sin embargo Alicia decidió que no necesitaba a su suegra, pues se valía por sí misma.

La cuarta noche después de que Ángel marchase, a Alicia le costó bastante conciliar el sueño. Tenía mucho calor y sudaba a chorros, dando vueltas en la cama sin encontrar la postura adecuada para dormirse.
Cuando comenzaron a caérsele los párpados, un fuerte berrido la sobresaltó. Era el llanto de un niño. Muy cercano. Demasiado. Sobresaltada, se levantó de la cama, parecía que el crío estuviese en el salón de su casa… pero ahí no había nadie más que ella. Es más, en cuanto entró en el salón, el llanto cesó.
Se asomó a las ventanas, pensando que quizá alguna de sus vecinas habría sido madre hace poco, pero no recordaba ningún acontecimiento similar.
Cansada, bebió un par de vasos de agua y volvió a la cama. Tras un rato, se sumió en un sueño tranquilo.

Pasó la mañana siguiente colgada del teléfono, hablando con su madre y revisando mails del trabajo. Tras comer, notó las piernas cansadas y se tumbó en el sofá un ratito, dejando el portátil encendido en la mesita de cristal, con las Supremes sonando de fondo, a un volumen bastante bajo, permitiendo a Alicia relajarse con los ojos cerrados.
Poco a poco, sin que ella se diese cuenta, las Supremes fueron reemplazadas por un sonido extraño… poco a poco se fue haciendo audible. Era la risa de un bebé.
Alicia abrió los ojos sobresaltada y miró el portátil de reojo, el reproductor del pc seguía funcionando, el “Baby love” que éste marcaba, no era tal, sino unas chillonas carcajadas procedentes de los altavoces. El volumen cada vez aumentaba más.
La chica miró anonadada la pantalla a la vez que pulsaba el botón izquierdo del ratón, llevando la flechita blanca sobre la equis de la esquina superior. La música de fondo cesó. El bebé no.
Se incorporó torpemente y procedió a apagar el ordenador. La pantalla fundió en negro, pero el bebé seguía riendo a carcajadas. Alicia estaba bastante nerviosa, un sudor frío recorría su espalda y empapaba su frente. Con manos temblorosas, cerró la tapa de golpe. El crío calló.
Despacio, se tambaleó hasta el baño a refrescarse la cara con agua fría. Su respiración era agitada, pero poco a poco se iba tranquilizando. Sin embargo se miró en el espejo. Un bebé sonriente la observaba, con su pelito ensortijado y rollizos muslitos. De repente el bebé rompió a llorar con un chillido estridente. Ese chillido no tapó al de la propia Alicia, que tras esto cayó desmayada en el suelo del baño.

Abrió los ojos en plena oscuridad. Le dolía todo el cuerpo y tenía frío. El suelo del baño estaba helado y el agua corría en el gripo del lavabo. Giró de espaldas aturdida, con una mano en la barriga, algo se le clavaba en la cadera, levantándose despacito busco a tientas bajo su cuerpo. Algo de plástico. Mientras se levantaba con torpeza, ese algo resonaba pesadamente. Trac trac trac trac. Caminó despacio hacia la puerta del baño y dio la luz. Era un sonajero verde, con una bolita rajada y aparentemente avejentado. No tenía ni idea de dónde había salido y sin embargo le resultaba familiar.
Según observaba el juguete curiosa, repiqueteaba en sus manos. Trac trac trac. De repente recordó. Dejó caer el sonajero, y en el momento que éste se estampaba contra el suelo, un bebé en algún sitio de la casa, estalló en llanto.

Alicia despertó a las dos de la tarde, con un color de cabeza y un cansancio increíbles. Había tomado calmantes para dormir, pues esos lloros lo hacían imposible. Estaba muy asustada. No sabía como explicarle todo aquello a Ángel, era extraño y la tomaría por loca. Pero era real.
Caminó pesadamente hacia la cocina para tomar un poco de zumo. No tenía hambre, pero sí un feto al que alimentar. Al entrar en la cocina quedó de piedra. Sentado en una silla, un niño de unos tres añitos apoyaba su carita en la mesa, mirándola fijamente con grandes ojos amarronados. No sonreía, no parpadeaba, ni si quiera parecía respirar.
La chica no sabía qué hacer ni de dónde había salido ese crío, pero se acercó despacio sin dejar de mirarle. Sin más, el niño desapareció.
Azarada, abrió la puerta de la nevera, necesitaba refrescar la garganta y mentalizarse de lo que estaba pasando últimamente en su casa. En la puerta de la nevera, por dentro, colgaba el sonajero verde, que resonaba sin que nadie lo agitase. Cerró la puerta de golpe. Estaba sola en la cocina, tan sólo se oía su respiración y el trac trac del sonajero… y una risita de niño. Dándose la vuelta despacio, miró hacia la encimera con los ojos llorosos a causa de los nervios. El nene estaba sentado mirándola, con una media sonrisa dibujada en los labios y el sonajero en la mano.
Alicia salió corriendo de la cocina, gimiendo entre lágrimas y acariciándose la barriga para (pensaba ella) tranquilizar al feto.
Sobrecogida se sentó en la cama, pegada al cabecero y observando la puerta mientras intentaba respirar con más tranquilidad. Intentaba pensar en la situación, pero su cerebro carecía de neurona alguna en medio de todo ese histerismo.
El sonajero resonó a su lado. Miró a su izquierda, despacio y temblorosa. El niño estaba ahí, con su pelito ensortijado, esta vez no sonreía, tenía la mirada seria y los brazos colgando, sonajero en mano. Trac trac trac trac. Alicia lo miraba sin saber que hacer, estaba temblorosa y prácticamente hiperventilando. Trac trac trac.
De repente, un fuerte pinchazo en su vientre. Se sobresaltó y automáticamente colocó sus manos en la barriga. Acto seguido miró al crío, que ahora sonreía con malicia. Alicia lloraba asustada, un segundo pinchazo aún más fuerte la hizo saltar en la cama. Entonces el niño empezó a gritar.

No supo exactamente en qué momento se quedó dormida. Le dolía mucho la cabeza y temía por su feto. Sentía un dolor leve en la barriga y estaba mareada. Pero no había ni rastro del niño.
Pasó el día más o menos tranquila, de vez en cuando se sobresaltaba con algún ruido leve que oía en el piso de abajo. Tomó un par de valerianas, no quería ingerir más tranquilizantes, ya que no sabía si podrían ser dañinos para su futuro hijo. Su bebé… sin querer, empezó a recordar cómo hace casi diez años, Ángel la regaló un sonajero. Uno verde muy sencillito. Para el bebé que iban a tener entonces. Sintió algo tras ella, un murmullo. Alicia empezó a temblar. No quería darse la vuelta porque sabía qué se iba a encontrar, pero tampoco quería dar la espalda a la pesadilla. Lloraba aún sin moverse, pero no la hizo falta, pues un niño de unos siete años tomó su mano.
Alicia dio un respingo, llorando sonoramente entre pucheros que casi cortaban su respiración, mientras notaba que una manita aferraba la suya, apretándola cada vez con más fuerza. Miró al niño, que la devolvía el gesto con mirada sombría, extremadamente serio. Sin duda era el mismo que los días anteriores, solo que más crecido… y no la soltaba. La chica intentó zafarse, pero el niño apretaba cada vez más. La mano dolía. Ella suplicaba llorando. El crío solo la miraba meneando el sonajero con la otra mano.
De repente un “crac” en los dedos, sus falanges crujieron temerosas… en su vientre un pinchazo que la hizo caer de rodillas. Pero el niño no soltaba la mano de Alicia.
Cuando creía no poder sentir más dolor, sintió un fuerte golpe en la tripa. El mocoso todavía sin soltarla, le había pateado la barriga con brutalidad. Y se disponía a hacerlo de nuevo. Alicia chillaba, por su mano rota y su feto sietemesino, sintiendo un pavor incontrolable.
Tras un fuerte golpe en la cara, creyó desmayarse.

Era de día, tenía sangre reseca en los brazos y la cara. Se encontraba tumbada de lado y tirada en el suelo, el pelo alborotado, la ropa desgarrada y babeaba. Empezó a llorar sin ni si quiera levantarse, poniendo las manos en su barriga magullada.
Sólo oyó un trac trac antes de sentir el sonajero estampándose en su cara y partiéndola la nariz del golpe. Tras el grito desgarrado y la neblina de sus ojos, distinguió al niño, un poco mas crecidito, mirándola inmóvil, sentado en el suelo.
Y luego desapareció.

Ni rastro en todo el día, ni en el siguiente. Trató de comer algo y de pensar qué era lo que podía hacer, no podía salir así de casa e ir al médico ya que tendría que explicar toda la batalla ocurrida en su casa con un espectro que la golpeaba… no sonaba demasiado cuerdo. Se vendó la mano rota como pudo, aunque no podía hacer absolutamente nada con ella, intentó colocarse un dedo partido; el dolor era horrible, incluso se mareó un poco.
Tenía miedo por su bebé… pero tenía aún más miedo por el niño que abortó hace poco menos de diez años, el mismo que ahora se aparecía en su casa con aparente sed de venganza.

Llamaría a Ángel para pedirle que volviese un poco antes de su viaje, explicándole lo ocurrido por teléfono sin intentar ponerse demasiado histérica.
Tras coger el teléfono, simplemente logró articular un “Cariño, necesito…”, pues un sonido horriblemente familiar la interrumpió. Se orinó encima y comenzó a temblar nerviosamente. El chico subió un poco la voz al otro lado del teléfono, pensando que Alicia no le oía bien. Las últimas palabras que escuchó de su boca fueron “Dios mío”. Tras esto, un grito espantoso.

Cuando encontraron a Alicia, ella estaba tirada en el suelo, un montón de carne magullado y cubierto de sangre.

Cuentan que en ese mismo edificio, año tras año durante la primera semana de septiembre se escuchan los gritos de una mujer, y que esa misma mujer se aparece en los pasillos, chorreando sangre y líquido amniótico. Con un sonajero en la mano.