Autor:
Sarah Lark
Título
original: Im Land der weiben Wolke
Editorial:
Ediciones B, 2011
Encuadernación:
Rústica
ISBN: 9788466646710
Páginas:
747
Este
es uno de esos flechazos que tengo de vez en cuando (mentira, muchísimas veces)
y de los que, una vez más, salgo airosa.
Hoy
traigo una de sagas familiares.
Estamos
en el s. XIX, la historia da comienzo allá por el año 1852, finalizando en el
1877… de momento, ya que esta es la primera parte de una saga que continúa con
“La canción de los maoríes” (y que teeeengo que leer).
Tenemos
una protagonista que sobresale por encima del resto: Nueva Zelanda, sus
paisajes, sus costumbres, que nos enamora a medida que pasamos páginas.
Las
otras son mujeres, pero sobretodo dos de ellas: Gwyneira Silkham y Helen
Davenport.
La
primera es una chica noble, de diecisiete años y fuerte personalidad, con muy
buena mano para los animales (en contra de lo que a su madre le gustaría), se
embarca hacia ese país desconocido por una partida de cartas –así, a grandes
rasgos-, pues su padre resulta perdedor y la mano de la chica estaba en juego.
Viva la madurez… pero tengamos en cuenta en el año en que estamos. Así pues,
ansía conocer a su futuro marido, Lucas Warden.
La
segunda, una institutriz respetada, decide ir allí para conocer a su futuro
marido; por entonces era habitual mantener correspondencia con la iglesia como
mediadora; así pues, Helen se emociona cuando recibe una carta de Howard
O’Keefe en la que éste le expresa su deseo de formar una familia con ella.
Y es
que en Nueva Zelanda escasean las mujeres decentes –prostitutas aparte-.
Pero
Helen no viaja sola, se encarga de un grupo de huerfanitas, a las que educa a
la perfección, para ser asistentas y a la vez unas señoritas de pies a cabeza, durante
los seis largos meses que dura el viaje… y donde también entabla una amistad
con Gwyn, a la que conoce por casualidad.
Nuestra
historia se divide en cuatro partes, donde se nos explica la vida de las
mujeres en su Londres natal, pasando por la larga travesía en barco y
continuando por su afincamiento en Nueva Zelanda… así como sus respectivas
bodas o su vida en familia, con las alegrías y tragedias que esto conlleva.
A su
vez, conocemos la cultura de las tribus maoríes que conviven con nuestros
personajes a lo largo de la novela, tomando también un importante protagonismo.
Sin
bien tengo que decir que me costó entrar en la historia, pues a ratos se me
hacía un poquito densa, pero finalmente acabé enganchada como una condenada.
Detrás
de una preciosa portada y una edición bastante mona, tenemos un argumento que
abarca emociones y sentimientos de todo tipo, esto es algo que me encanta en un
libro, que me haga meterme en sus páginas de lleno y consiga hacerme sentir lo
mismo que sus personajes; esperanza, secretos, drama, amor, amistad,
desencantos, fe, impotencia, celos, prohibiciones…
No
puedo hacer más que recomendar su lectura, un libro muy bueno, me ha encantado.