Autor:
Amy Tan
Título
original: The joy luck club
Editorial:
RBA, 1993
Encuadernación:
Tapa dura
ISBN: 9788447300390
Páginas:
336
Esta
es una novela que tenía muchas ganas de leer, nunca me la habían recomendado
encarecidamente y sin embargo es de esas que siempre veía y me apetecía.
Pero
creo que no le pillé el punto como debía, quizá no era el momento.
Es
un libro publicado en 1989, nos sitúa en esa misma década en San Francisco y
nos centra en un grupo de madres chinas que van contando anécdotas sobre su
infancia en su país de origen y también cómo y por qué decidieron emigrar.
Tenemos
una historia sobre un grupo de historias, contadas por un lado por dichas
madres y por otro por boca de las hijas, pues unas se sienten más chinas y
otras más estadounidenses, lo que nos hace ver una especie de conflicto de
culturas y las diferencias de las mismas, lo complicado de adaptarse a lugares
nuevos con otras costumbres, sobretodo cuando no tienes los medios necesarios.
Según
van hilándose y trenzándose las historias de unas y otras, se palpa tanto la
frustración como la melancolía, principalmente por parte de las madres, que no
entienden que sus hijas quieran vivir de manera diferente… mientras que las
hijas evidentemente se distancian por lo mismo.
Creo
que es algo con lo que podemos sentirnos identificados, independientemente de
ser inmigrantes, pues evidentemente la situación actual no es ni parecida a
cuando mis abuelos tenían mi edad, por ejemplo.
Pero
lógicamente lo sentirán más cercano los lectores que sí hayan viajado a otro
país para comenzar otra vida allí.
Además,
añadir que la autora es estadounidense de origen chino.
En
general es una novela bastante interesante, aunque las historias no tienen
relación entre ellas, salvo en casos contados, a veces parece un libro de
relatos, pero el trasfondo es el mismo y lo que viene a decir es similar.
La
estructura general de la novela también me chocó un poco, pero ya digo que
quizá no era mi momento para con este libro, creo que está bien escrito pero
falla en algunas cosas, sin más.
¿La
recomendaría igualmente? Pues sí.
Finalizo
comentando que tenemos adaptación cinematográfica, de 1993.
Frase:
Una persona se pone a la altura de lo que los demás esperan de ella, y su la
criticas das a entender que estás esperando su fracaso.