Título:
Historia guarra de fantasmas 1
Autor:
Mayu Shinjo
Título
original: Ayakashi Koi Emaki
Editorial:
Ivrea, 2011
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN: 9788415366331
Páginas:
192
Flechazo
literario: dícese del libro que te llama desde la estantería y te pone ojitos
tiernos… y te lo tienes que llevar a casa porque si no llora y te mina la
conciencia.
Bien,
eso me ha pasado mil veces con los libros (blanda y facilona que es una, quéee
le voy a hacer), así que cómo no iba a pasarme con los cómics también.
Este
manga en concreto no lo conocía, ni había oído hablar de él ni de su autora,
hasta que lo vi en la tienda de cómics y, como digo, asalto a mano armada.
La
verdad es que ya sólo el título llama la atención… pero de erótico-festivo no
tiene tanto como parece, al menos en este primer tomo.
Estamos
en el templo Ootsubaki, que ha sido defendido de espíritus malignos como los
yokai durante siglos por la familia de Miko, que es una aprendiz de sacerdotisa
a la vez que estudiante de secundaria.
Cuando
su amiga va a desahogarse, contándole que Kagura le ha engañado con otra y en
medio de su ataque de cuernos le dice que cree que está poseído, Miko sale
corriendo a por él y sin pensarlo pone en práctica sus capacidades.
Lo que
no espera es que Kagura sea de verdad un demonio… ni mucho menos que ella misma
haya sido capaz de exocizarlo.
Así
conocemos la existencia de los yokai, que no son otra cosa que demonios
lascivos que se alimentan y nutren, para mantener sus poderes a la vez que su
juventud y atractivo, a base de contacto femenino. De cualquier tipo.
Kagura
es precisamente uno de los más poderosos, pero tras el pseudo-exorcismo ha sido
reducido a un tamaño ínfimo, como para llevar en un bolsillo (esta parte es muy
graciosa, las ilustraciones me hicieron reír bastante), pues Miko ha hecho que
su poder disminuyera de manera considerable.
Es
entonces cuando descubre que sólo gracias a Kagura, al mantenerlo pegado a su
cuerpo, puede ver a los espíritus malignos que acechan el templo de su familia.
No
tiene entonces más remedio que echarle un cable de vez en cuando para que no
quede sin poderes… sin embargo ella no sabe que el cable se lo echa sin
saberlo, pues Kagura se mete en sus sueños.
Y es
que al final a ella parece que le empieza a hacer tilín el demonio…
Sí, se
ve venir, pero a la vez engancha cosa mala. Me encantan este tipo de historias,
esta en concreto me parece bastante original, en lo que a los espíritus y
demonios se refiere, nos deja situaciones muy divertidas entrelazadas con
luchas potentes o escenas algo más picantes y realmente queremos saber qué va a
pasar después.
En
este caso, la autora nos deja con la miel en los labios… y un supuesto demonio
con forma de chico muy guapetón. Con orejas de zorro. Tal cual.
Casualmente
éste va detrás de la joven Miko.
Lo
dicho, me ha encantado este descubrimiento y espero hacerme pronto con el
segundo tomo.