Título:
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
Autor:
J. K. Rowling
Título
original: Harry Potter and the Deadly Hallows
Editorial:
Salamandra, 2007
Encuadernación:
Tapa dura
ISBN: 9788498381405
Páginas:
640
Bueno
bueno, con dolor en el corazoncito tengo que decir que por fin he terminado la
saga… y que la he disfrutado muchísimo. Como una enana.
Viendo
los derroteros por los que nos traía su autora en las anteriores, ya se veía
venir que esta última entrega iba a ser el drama de la vida. Es más, el tono
del libro es mucho más tristón que en los demás… y no es para menos.
Ya
empieza fuerte, con un capítulo en casa de los Malfoy que nos trae una
ambientación realmente conseguida en cuanto a su tensión y su mal rollete.
Además,
se acerca la fecha en que Harry será mayor de edad. Con todo lo que eso
conlleva, que no es poco.
Así,
para no perder fuelle, Rowling nos deja casi de inicio una persecución que nos
quita el aliento y una baja que en absoluto me esperaba… y sólo estamos en el
capítulo seis, señores.
Continuamos,
tras el bodorrio del año, con el millón de incógnitas que Dumbledore nos ha
dejado, además de seguir tras la pista de los puñeteros Horrorcruxes y demás
variedades.
Tras
unos cuantos capítulos con bastante paja, la cosa parece que arranca; si bien
debo decir que no me molesta que la lectura sea densa y lenta en determinados
momentos, sí es cierto que hay un punto en el que lo que ocurre en casi seis
capítulos, se podría haber contado en apenas dos. Pero oye, lo dicho, que no me
importa, me gusta cómo escribe la autora y lo cierto es que tampoco tenía prisa
por terminar el libro.
(¿Sabéis
cuando no queréis que se acabe una lectura y la intentáis estirar cual chicle
infinito? Pues eso.)
Y
a partir de aquí, es literalmente un no parar. Es más, hacía muchísimo que no
leía casi quinientas páginas del tirón –a la par que histérica-.
Se
nos presentan por fin las Reliquias de la Muerte, tras una investigación
tediosa a todos los niveles, donde los tres amigos quedan exhaustos mental y
físicamente, y que en un inicio se planteaban como una leyenda, peeeero ya sabemos
qué saga estamos leyendo. Así que, ¿quién dijo “leyenda”?
El
libro desemboca en lo que se venía anunciando en los demás: la mega batalla apoteósica.
Y ojo, que está súper bien conseguida y ambientada; muy muy emocionante, con
todo el mundo dándolo todo en ambos bandos –menos el puñetero Harry, si se
descuida-, un no parar de sucesos en los que se mantienen los nervios a flor de
piel… literalmente, no podía dejar de leer (¿no os encanta cuando pasa esto?).
Como
viene siendo habitual, descripciones especialmente gráficas y sin escatimar,
donde es tremendamente fácil verse dentro de la escena que trata; mil y un
giros inesperados (con explicación de la saga incluida), personajes que nos dan
sorpresones con mayúscula, otros que nos dejan y a la vez nos dan momentazos
súper emotivos –y no me refiero sólo al mítico “Always”, que por cierto, me
sorprendió ver que es cosa de las pelis-… y bajas, por supuesto.
Rowling,
Rowling, me matas a disgustos hija.
Un
cierre perfecto a una saga perfecta, si no fuera por ese capítulo final, que me
ha molestado y sobrado a partes iguales… Diecinueve años después…
¡Pues
me da lo mismo lo que ocurra! ¡Si ya lo sabemos, narices!
Hubiera
preferido que en vez de los momentos parejiles que veíamos venir TODOS, la
autora cerrase las mil quinientas cosas que deja en el aire… como la
“reconstrucción del castillo” tras la batalla, o si acaban el puñetero curso
que han dejado a medias e incluso ni han empezado algunos, o qué pasa con los Malfoy,
o qué pasa con doña Dolores… una pincelada de los funerales, incluso el
callejón Diagón… no sé, me hubiera molado –y llenado- mucho más un capítulo
final contando un poco de todo eso y cerrando todas estas cosas. Mucho más
interesante habría sido, desde luego.
Al
Rowling, aquí has pinchado.
Salvo
esto, lo dicho. Una saga maravillosa, llena de momentazos y personajes míticos,
que no podéis dejar de leer. En serio, quitaros el rollo de que sea juvenil,
porque haciendo balance (y teniendo en cuenta la edad a la que los he leído),
juveniles como tal son sólo los tres primeros. Y no por ello dejan de ser
disfrutables.
Como
he dicho en anteriores reseñas del resto de la saga, vuelvo a repetir que me
arrepiento mil de no haberlos leído en su día… sé que los habría disfrutado
muchísimo más. Pero, no pasa nada, volveré a releerlos, primero, por pillar las
quinientas mil referencias que sin conocer la historia no pillas en una primera
lectura, y segundo, porque me han flipado.
Venga,
me repito un poco más. LEEDLOS.