Título:
1984
Autor:
George Orwell
Título
original: Nineteen Eighty-Four
Editorial:
Destino, 2007
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN: 9788423342310
Páginas:
368
“Quien controla el pasado,
controla el futuro. Quien controla el presente, controla el pasado”
Hoy,
un clásico con todas las letras, de esos que todos deberíamos leer: 1984.
Creo
que es importante saber, antes de nada, que la novela fue escrita sobre 1948… y
que no ha envejecido en absoluto, sino que es tremendamente actual, detalle que
pone los pelos de punta (al menos a mí).
Estamos
en una distopía, en Londres, que a su vez se encuentra en un estado
colectivista, Oceanía. El Gran Hermano manda en un régimen totalitario en el
que por un lado tenemos al Partido Exterior –trabajadores al servicio del
régimen y del Partido Interior- y por otro la prole –trabajadores imprescindibles
para que el sistema funcione y a la vez miserables y casi mendigos-. El Gran
Hermano es el dios y juez supremo, ojo que todo lo ve, literalmente, la cara
del Partido.
Winston
Smith trabaja en el Ministerio de la Verdad manipulando información para ellos,
destruyendo documentos históricos, como otros tantos, y se pregunta
constantemente si de verdad existe ese ser omnipresente o es todo una farsa...
estando casi seguro de esto segundo. Sin embargo debe tener cuidado, pues el
Crimen Mental se castiga con severidad y podría ser arrestado por la Policía
del Pensamiento.
Y aquí
tenemos nuestro eje de la historia, en la que la política es el principal
argumento, la manipulación del ser humano, la inexistencia de sus derechos, pensamientos
y emociones –que por supuesto no deben ni pueden manifestar bajo ningún
concepto, a menos que el Gran Hermano lo quiera… y nunca quiere-, llegando a
ser un auténtico rebaño que pasta sin pensar en absolutamente nada que no sea el
Partido. A excepción de alguno que otro, como nuestro Winston, que está
empezando a despertar.
Entonces
da con Julia, desengañada también del sistema político, de la que se enamora
perdidamente y con la que se afilia a la Hermandad, un grupo de resistencia.
Como
decía al principio, la forma de visionar un futuro concreto de Orwell, no puede
más que ponernos los pelos de punta, pues a día de hoy no es tan futurista como
lo fue entonces.
Definitivamente,
una lectura realista (fuera de lo que su escritor pretendía), con tintes
comunistas y fascistas y con lenguaje claro, conciso, en alguna parte un poco
más densa, pero sin embargo no pierde ritmo.
Y lo
más importante: un libro que hace pensar, sobre el que podemos debatir largo y
tendido.
La leí
hace muchos años y la verdad es que me impacto bastante, pues son inevitables
las comparaciones.
Juzgad
vosotros mismos.
Frase:
Guerra es Paz. Libertad es Esclavitud. Ignorancia es Fuerza.
Y cómo
no, hay adaptaciones de todo tipo, pasando por teatro y ópera.
En
cine:
1956,
bajo título homónimo, dirigida por Michael Anderson.
1973,
El dormilón, adaptación libre en forma de comedia, por Woody Allen.
1984,
también con el mismo título, dirigida por Michael Radford (personalmente, creo
que es la más fiel a la novela).
1985,
Brazil, otra adaptación libre, por Terry Gilliam.
Y en
música:
David
Bowie, con su disco Diamond Dogs (tenía la idea de hacer un musical, pero la
viuda del escritor no accedió).
Bad Religion, con la canción Boot Stamping on a Human
Face Forever.
Incubus, con la canción Talk show on mute.
Rage Against the Machine, con la canción Testify.
Carcass,
con la canción Room 101.