Autor: Nojico
Hayakawa
Título
original: Yozora no sumikko de
Editorial:
MilkyWay, 2016
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN:
9788494600234
Páginas: 268
Vamos con
un manga de tomo único… de una editorial que siempre está trayendo cosas más
que apetecibles (y está arruinándonos a muchos xD mentira, nos gusta).
Tenemos a
Hoshino, un tímido profesor que pasa su día a día dando clase a chavales y que
nos deja momentos bastante graciosos y tiernos. Un día, descubre que uno de sus
alumnos, al que tiene especial cariño, es hijo de Sodou, el que era su sempai
en el instituto hace ya una década.
Esto nos
lleva a un reencuentro entre los dos, a que ambos recuerden el pasado para
intentar aclararse y entender por qué perdieron contacto, si eran uña y carne.
Bien,
tengo que decir que no me esperaba un manga de temática yaoi (gay), así que no
me esperaba en absoluto determinado giro de la historia… sí, no suelo leer
contraportadas ni de manga ni de novelas, ya que en alguna ocasión me he comido
importantes spoilers, así que me llevo sorpresas de este tipo en muchas
ocasiones. Y me gusta.
Nunca
había leído un yaoi y la verdad es que me ha gustado mucho. No suelo catar
tampoco mucho shojo porque normalmente pecan de pastelosos (para mi gusto) y me
dan una pereza horrible, pero a veces descubro pequeñas joyitas, como la que
traigo hoy. Eso sí, de ahí a que me anime a pillar manga de este género como
las locas, va un trozo… últimamente han traído mucho y muy apetecible, así que
iré fichando a ver qué encuentro que no me de subidón de azúcar.
La
historia, super tierna, de temática adulta pero sin ser explícita, está plagada
de tensión y momentos de todo tipo, va claramente de menos a más, generando la
tensión justa al lector y explotando en el momento preciso, dándonos escenas
muy bonitas y toques de humor que le vienen muy bien.
Personajes
totalmente opuestos, pero que casan a la perfección, con secundarios muy buenos
que le dan peso a la historia con pequeños detalles; todos ellos muy bien
perfilados.
Como suele
pasar con lo que está trayendo la editorial, disfrutamos de un dibujo precioso
y lleno de detalles, además de adentrarnos en una historia nada típica –aún con
algún tópico- que nos deja muy buen sabor de boca.
Muy
recomendable, incluso para quienes no acostumbran a leer manga… y además en un
irresistible único tomo.