Autor:
Leandro Fernández Moratín
Editorial:
La Máscara, 1999
Encuadernación:
Tapa dura
ISBN: 978847974376X
Páginas:
126
El
tema de la brujería siempre es algo que me ha llamado muchísimo la atención, me
parece fascinante (yo y mis rarezas varias).
Cuando
dí con este libro, que debo decir me llamaba a voces desde el cajón de la
librería -¿no os encantan esas librerías de segunda mano con cajas con libros
que tienes que remover como las locas?-, pues se vino para casa.
No
miré absolutamente nada más que el título, así que me encantó descubrir que
está basado en hechos reales, más concretamente en la quema de brujas que tuvo
lugar en Zugarramurdi –sí, como la peli de Álex de la Iglesia- allá por el
1600.
Siempre
que sale el tema suele salir Salem o San Francisco (México), pero también por
aquí tuvimos nuestra quema, en Logroño… y nos trae lo ocurrido en el juicio, un
Auto de Fe que a su vez viene de mano de un anónimo, el autor del conocido “El
sí de las niñas”. Bajo pseudónimo en su día.
Con un
prólogo y apuntes geniales, llenos de una ironía que me ha encantado, Eduardo
Alonso nos pone en antecedentes de lo que nos vamos a encontrar a lo largo de
la lectura y nos acompaña en lo que nos dura entre las manos.
Sorpresa
absoluta cuando lo abrí y vi que en cierto modo había metido mano mi querida
Pilar Pedraza (autora que no me canso de recomendar, pues es de mis favoritas).
Personalmente,
me ha encantado, se transcribe y cuenta todo el Auto de manera campechana,
según se va viviendo, dejándonos escenas de lo más barrocas y gore, teniendo en
cuenta la época que trata.
Nos
explican de qué va a ir el juicio, qué tipo de condenados van a participar y de
qué manera, cómo se les reconoce a cada uno de ellos… y sus actos, lo interesante
de la cuestión, sus actos en los aquelarres y fuer de ellos, contados a pies
juntillas con todo lujo de detalles de lo más asqueroso y guarro.
Como
digo, una temática que me gusta un montón y que traeré alguna que otra vez por
aquí.
En
esta ocasión, no la recomiendo más que a curiosos o a los que gusten del tema,
porque sé que no es de esos aptos para todos los públicos.
¡Pero
me encantó!