Título: Hotel
Iris
Autor: Yoko
Ogawa
Título
original: Hoteru Airisu
Editorial:
Funambulista, 2020
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN:
9788494616457
Páginas: 256
Primer libro que leo de la autora y, aunque me ha gustado mucho, me ha dejado una sensación súper rara…
Estamos en
una pequeña población en la costa, en pleno verano con su calorazo de la
muerte, y más concretamente en un hotelito donde trabaja nuestra protagonista adolescente
–dicho negocio pertenece a su familia-.
La chica normalmente está en la recepción atendiendo a los clientes, como suele ser normal, trabajando de cara al público te encuentras literalmente cualquier cosa… en esta ocasión presencia una discusión bastante violenta entre un cliente y una prostituta. El shock por su parte viene cuando se siente atraída por la voz del hombre, masculina y autoritaria.
La casualidad quiere que un día, de compras, lo reconozca y se acerque a él. Y aquí comienza una peculiar relación entre ambos, donde ella se ve en pleno descubrimiento de su cuerpo, su placer, su madurez; mientras él, bastante más mayor, viene cargado con su mochilita de mierda y sus traumas varios.
Si bien es bastante escueto en cuanto a explicaciones generales, es algo en común que he visto ya en otras novelas de literatura oriental (aunque no he leído muchas), y a la vez es algo que me gusta, aún siendo muy distinto a lo que estoy acostumbrada.
Me gusta
cómo se va generando ese clima malsano extraño y todo ese halo perturbador y de
ambiente enrarecido que nos acompaña a lo largo del libro. Súper bien
conseguido, gracias a escenas crudas y poderosas, con un toque enfermizo que me
han dejado KO.
Mención especial a ese giro final que no me esperaba, pero creo que le queda fenomenal.
No tenía
expectativas de ningún tipo a la hora de leer este libro, pero desde luego no
me esperaba nada así, ni tampoco una historia de corte erótico.
Y creo que no es un libro que recomendaría a cualquiera, pues tiene momentos bastante incómodos y a su vez súper bien conseguidos.
Me ha
gustado mucho leer a Yoko y conocer su prosa, volveré a leerla seguro.