Autor:
Andrea Camilleri
Título
original: La Rizzagliata
Editorial:
RBA, 2008
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN: 9788498673555
Páginas:
208
Camilleri
es un autor que llevaba mucho tiempo queriendo leer, además me lo han
recomendado en varias ocasiones, así que decidí estrenarme con este.
La
novela fue ganadora del Premio Internacional de Novela Negra de RBA y el autor
aprovechó un caso real, el Crimen de Garlasco, como punto de partida para
escribirla.
Tenemos
un asesinato, el de la joven Amalia Sacerdote, hija de un alto cargo y que a su
vez ha podido ser víctima de su pareja, el hijo del líder del partido rival.
Por
otro lado, Michele Caruso, director de la RAI en Palermo, decide no abrir el
informativo de la noche con esta noticia, pues en Sicilia este tipo de
historias no son tan simples como parecen. Y es que estamos en la cuna de la
mafia, de líos políticos por todos lados, donde todos sacan tajada hasta de la
manera más baja.
Así
pues, estamos ante una novela donde la política, la justicia y el periodismo se
dan la mano. Y no todo lo amablemente que podría, pues está todo salpicado de
corrupción por todas partes.
La
novela, en contra de lo que pueda parecer, no trata del asesinato ni del
posible autor del crimen en sí, sino de toda la investigación que hay detrás,
de los entresijos periodísticos y de cómo el caso avanza a trompicones página a
página, sobretodo en el interior de los informativos, donde la noticia se va
manipulando entre unos y otros.
La
verdad es que esperaba algo más de intriga, se habla de corrupción política, de
los títeres y cabezas de turno que siempre hay por medio, de farsas entre
abogados y fiscales… donde a su vez tenemos un amante desconocido de Amalia y
la desaparición de las pruebas del asesinato.
Sin
embargo lo que tenemos es prácticamente puro diálogo, pues no hay apenas
narración que nos vaya explicando nada de la trama ni presentando a los
personajes, por lo que es fácil perderse entre tanto nombre y demás, sobretodo
al principio. Es más, recomendaría leerla del tirón (va, es cortita), para que
no pase esto, yo tuve un lío tremendo precisamente por no hacerlo así.
A la
vez, al ser todo conversación, se lee tremendamente rápido, pero está todo
mezclado hasta el punto de que en un par de ocasiones me pasó que no sabía si
estaba en una conversación cara a cara o telefónica.
El
caso es que me ha gustado, pero me ha faltado “algo”, al menos más narración,
pues la información va saliendo a borbotones y, como digo, en ocasiones el
lector se puede liar.
Aún
así, me ha dejado con ganas de leer algo más del autor… y ya tengo fichado el
próximo.