Historia guarra de fantasmas 5, 6

Título: Historia guarra de fantasmas 5, 6

Autor: Mayu Shinjo

Título original: Ayakashi Koi Emaki

Editorial: Ivrea, 2013, 2014

Encuadernación: Tapa blanda

ISBN 5: 9788415922858

ISBN 6: 9788416040230

Páginas: 192

  

Hoy, vengo con la reseña de los dos últimos tomos de este manga, al igual que hice con los dos anteriores que, recuerdo, decidí hacerla de ambos en vista de que la historia estaba en un bucle.

Como tampoco es que haya dado un giro tremendo, vuelvo a fusionar para no hacer dos mini reseñas.

                                            

Tenemos un giro en la historia, pero ojo, un giro muy pequeño, tampoco vayamos a tirar cohetes.

Continuamos con Miiko y Kagura –recordemos que son una aprendiz de sacerdotisa y un demonio con poderes increíbles, que se ven incrementados gracias al contacto físico femenino-, han decidido montar una agencia contra fantasmas para poder pagar el piso en el que viven.

Siguen apareciendo demonios de todo tipo en busca del poder de ambos (sobretodo del de Kagura) e incluso Kagura tiene un subidón de protagonismo bastante importante, lo que nos da el nuevo giro a la historia –¡ya era hora!- que no tiene nada que ver con lo que ha ocurrido hasta ahora.

                                     

Destacar en ambos tomos la increíble absurdez de la protagonista, ¿cómo se puede tener tan poco amor propio y ser tan sumamente pava? Si, es cierto que la mayoría de las protagonistas femeninas de shojo lo son, pero hay veces que me toca la fibra y en fin, me indigno  =P

Y cuando poooor fin llega el momento que el lector espera… se resuelve en apenas dos hojas.

Me indigno más.

En fin, un manga con un dibujo preciosísimo, merece la pena echarle un ojo a las ilustraciones, finas y con todo lujo de detalle, muy bonitas. Sin embargo, creo que sobran tres tomos de los seis que componen “Historia guarra de fantasmas”.

                          

Aún así, es entretenido, personalmente creo que llega un momento en que me siento en un bucle con la historia, pero lo dicho, se deja leer, mereciendo la pena ya sólo por el dibujo.