Autor:
Jessica Brockmole
Título
original: Letters from Skye
Editorial:
Planeta, 2013
Encuadernación:
Rústica
ISBN:
9788408101369
Páginas:
280
El
epistolar es un formato que siempre capta mi atención, independientemente del
género que trate.
Siempre me
ha fascinado cómo consigo meterme en la historia, aún con la escasez de
determinados detalles que por carta directamente se obvian… Si a eso le sumamos
que particularmente tengo predilección por las novelas donde se mezclan
diferentes hilos temporales, pues es que con esta lo tenía muy fácil.
Por un
lado, la historia comienza en 1912, con Davey y Elspeth; un lector escribe a la
poeta que le ha fascinado con sus versos y que se encuentra al otro lado del charco,
nada menos que en la pequeña y famosa isla de Escocia, Skye. Entre ellos
continúa la correspondencia y poco a poco van dejando uno a otro conocer sus
vidas y variedades.
Por otro
lado, nos vamos a 1940, donde Elspeth se cartea con su hija Margaret, que se ha
enamorado de un piloto y colabora ayudando a los críos en estos tiempos tan
complicados.
Las
historias acaban entrelazándose, como era de esperar, aunque tampoco de la
manera en que yo creía que iba a suceder, con lo cual, diré que me gustó ese
girito… como me gustó mucho leer sobre las vidas de ambas, aún siendo ciertas
cosas súper predecibles, del mismo modo que no especialmente relevantes.
Los
personajes, principalmente Elspeth y Margaret, no podían ser más diferentes,
aunque es fácil entender a ambas, te sientas o no identificado con sus
decisiones. Quizá me ha faltado algo de carga dramática referente al contexto
histórico, ambas Guerras Mundiales, no se mencionan apenas detalles en las
cartas… pero tampoco es un punto negativo en este caso, la novela es lo que es
y el género que trata queda bien claro desde el inicio.
Una novela
preciosa, romántica, con drama y todo; la verdad es que no suelo leer libros
donde el romance sea protagonista, pero de vez en cuando me apetece adentrarme
en alguno (eso sí, miro muy mucho, con estos no suelo ir muy a ciegas porque
son historias que me dan especial pereza); con este debo decir que acerté de
lleno, así que no puedo más que recomendarlo.