Título:
Celia, madrecita
Autor:
Elena Fortún
Editorial:
Alianza Editorial, 1993
Encuadernación:
Tapa dura
ISBN:
9788420696713
Páginas: 208
Cómo me gustan los libros de Celia, les tengo especial aprecio porque me pillaron en una época en que era peque pero ya elegía otro tipo de cosas y no “lo que se llevaba para mi edad”.
En esta
ocasión, tenemos a una Celia ya adolescente, casi adulta a la fuerza, pues
vemos cómo su familia afronta la muerte de su madre; así, Celia debe hacerse
cargo de la casa, de los niños, las comidas, dejar de estudiar, etc. Sin
comentarios.
Pero recordemos que estamos a finales de los años 30. De hecho, se publica justo antes de que su autora partiera al exilio.
Es un
libro muy de su tiempo, pero no por ello menos entretenido, de hecho, me ha
gustado mucho volver a saber de la prota, aunque me ha sorprendido verla más
mayor y con esas responsabilidades encima.
Acompañamos a la chica mientras aprende -a marchas forzadas y a base de meter la pata, con algún que otro consejo- cómo llevar la casa, hacer las tareas, tener a punto la ropa de la familia, cocinar… y todo esto sin tiempo de hacer vida social, mientras ve cómo la gente de su edad vive la adolescencia y se da caprichos que ella ni se plantea.
Me ha
hecho mucha gracia la hermana peque (una de ellas), con esas cosas y ese punto
cotillita de los críos tan chiquitines, que también debe aprender a convivir
con otros familiares que no le son tan agradables.
Encantada de haber vuelto a esta serie, aunque vaya sin orden por la vida leyéndolos.
Es un libro que se lee súper bien, tiene mucho diálogo y algunos tramos que siguen siendo bastante graciosos, como nos tiene acostumbrados la autora; resulta una lectura muy entretenida, donde en realidad deja entrever temáticas no tan juveniles, como viene siendo la época en que se desarrolla todo y cómo esa madurez de Celia refleja un poco lo que estaba pasando en la vida real, en la sociedad que avanza con la Guerra Civil en pleno apogeo, con una adolescente que se ve obligada a estancarse en los valores tradicionales sin dejar de querer avanzar como lo hace parte de la población o las chicas de su edad.
No puedo
no recomendarlo.
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