Título: La
voz de las profundidades
Autor: William
Hope Hodgson
Título
original: The voice in the night
Editorial:
Archivos Vola, 2025
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN:
9788412981995
Páginas: 109
Si bien es cierto que he dicho UN MONTÓN de veces que no soy lectora de relatos… los de terror son otro rollo; porque sí, por supuesto que caen, ya que prácticamente todo el terror clásico viene en este formato.
En esta
ocasión, y de mano de Babelio y su Masa Crítica (mil gracias, como siempre, y
siento de nuevo el retraso), vuelvo a William Hope Hodgson después de mil años
sin leerle.
Si habéis
leído a Lovecraft, después de catar a Hodgson veréis perfectamente la gran
influencia que tuvo este último sobre la obra del primero, con su archiconocido
horror cósmico. Y es que la ambientación que consigue el autor, es una pasada,
siendo su punto fuerte la temática marítima… que, debo decir, siempre me ha
llamado la atención, ya que en su momento tuve predilección por novelas de
piratas y barcos malditos.
Eso sí, para mi gusto, es más asequible y menos denso que Lovecraft, aunque me falta mucho por leer de ambos como para comparar abiertamente.
Si no sois
de leer prólogos (yo misma no soy de leerlos), el relato en sí consta de apenas
veinte páginas, titulándose “Una voz en la noche”.
De los de leer en un ratito, lo que te dura una infusión o un café, tenemos una historia contada por una voz de ultratumba a bordo de un bote que viene a la deriva en pleno océano. La tensión y el frío se palpan a partes iguales, súper conseguidos, siendo un gustazo leer al autor y sumergirte en esta historia de terror marino tan mítica.
Jesús Palacios nunca ha sido santo de mi devoción, pero aquí se marca una introducción súper interesante que nos da a conocer al autor del relato que da nombre a este librito en formato pequeño y tan mono.
Si sois de
terror clásico, adelante con él.
Si no
habéis leído nada del género, es perfecto para estrenarse.
Si no os
mola el terror en general… a ver, vais a invertir menos de veinte minutos en
leer esta maravilla. Y no os vais a arrepentir.
