Título:
Cartas de amor de la monja portuguesa
Autor:
Mariana de Alcoforado
Título
original: Lettres portugaises
Editorial:
Grijalbo, 1975
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN: 9788425305934
Páginas:
95
Siempre
me han llamado la atención las novelas epistolares, tienen ese algo especial
para que merezcan la pena ser leídas.
Como
esta que traigo hoy.
El
libro consta de las cinco cartas que la monja Mariana le escribió a su amado
Nöel Bouton, un caballero francés, mariscal de Chamilly, allá por el siglo XVII
cuando sucedía la revolución restauradora que dividió Portugal de España.
Mención
especial para ese prólogo de mano de Pedro Gronzález-Blanco, genial
documentado, donde nos explica un poquito sobre Mariana, su amado, la época en
que ocurrió todo y su contexto en general.
No era
extraño por entonces que las monjitas fuesen enamoradizas y bebieran los
vientos por caballeros, pues muchas estaban en los conventos porque eran
solteronas, o acogidas por diversos motivos en los claustros… es decir,
vocación poca, al menos inicialmente.
Nuestra
Mariana de Alcoforado era de buena familia, aunque vivía en el convento de la
Concepción de Beja desde niña; en su día cayó en brazos del soldado y se
enamoró irremediablemente de él… aunque se pensaba correspondida, el caballero
se limitó a hacer promesas en el aire e irse para obtener galardones en
batallas varias y sin más, no volver.
Tenemos
entonces cinco cartas en las que vamos viendo el –quizá- declive de ese amor,
pues empiezan con palabras ardientes y desesperadas, para finalizar en un tono
totalmente diferente, que pone los pelos de punta por su sinceridad y aplomo.
Me declaro fan de esta mujer, sobretodo por su amor propio y su decisión.
Podemos
saber, por las letras de Mariana, que era una mujer con carácter y de buena fe…
al igual que nos muestra un caballero de Chamilly sin dos dedos de frente para
según qué cosas.
Me ha
encantado esta lectura, he tardado apenas una horita pero he releído algunas
partes para volver a saborear esas palabras de amor y desamor que nos dejó la
monjita. Una delicia que merece la pena ser conocida y leída, pues te metes
perfectamente en la piel de Mariana e incluso acabas sintiéndote igual de
indignada que ella, esperando ese final realmente digno. Yo lo he sentido.
Así,
os invito a leerlo y en esta ocasión no dejo solo una frase, porque me han
encandilado muchas:
“Perdieron
mis ojos en los tuyos la única luz que los animaba. Hoy sólo les quedan
lágrimas, y no les doy otro empleo que el de llorar.”
“Ámame
siempre. Y haz padecer más a tu pobre Mariana.”
“Momentos
hay en que me figuro que sería capaz de servir sumisamente a quien tú amaras.”
“Te
agradezco, en el fondo de mi corazón, todas las mortificaciones que me causas y
aborrezco la tranquilidad en que vivía antes de conocerte.”
“Me
bastaría con tu recuerdo, pero no estoy segura de él.”